De los clásicos pantalones hasta la creación de prendas sustentables, el denim es un considerado un básico que no puede faltar en tu guardarropas. Pero … ¿conoces su historia?. Hoy PlushMag te la cuenta para que ames aún más este tejido que traspasa las fronteras generación tras generación.

¿Quién hubiera pensado que un tejido nacido de la necesidad de los trabajadores en el siglo XIX se convertiría en un icono de la moda, trascendiendo épocas y desafiando las convenciones? El denim, ese resistente lienzo que es sinónimo de versatilidad, ha forjado su propio legado, inmune a las modas pasajeras, y ha conquistado los corazones de innumerables amantes de la moda. Además, en una era que valora la sostenibilidad (ver más), el denim se alza como una prenda que se niega a caer en el olvido y se reinventa constantemente.

En la antigua ciudad de Nimes, al sur de Francia, se proyectó un hito en la historia de la moda. En los inicios del siglo XIX, un tejido compuesto por hilos de trama y urdimbre, nació de la necesidad de los trabajadores de una prenda que les brindara funcionalidad y durabilidad en sus jornadas laboriosas. Con el tiempo, esta tela recibió su nombre, “denim,” derivado de su ciudad natal. 

Pero la historia no se detiene allí. En 1860, Levi Strauss & Co, comenzó a confeccionar pantalones de trabajo, convirtiendo al denim en un símbolo de resistencia y determinación. La funcionalidad de esta prenda se fue extendiendo, y no solo conquistó a trabajadores, sino a personas de todas las clases sociales.

Fue así como, con el correr del paso del tiempo, pasó de ser una simple prenda a convertirse en un símbolo de rebeldía y expresión. En las décadas de 1940 y 1950, las subculturas emergentes lo adoptaron como una forma de expresar su desacuerdo. Iconos del rock ‘n’ roll contribuyeron a hacer de esta prenda un símbolo de actitud y estilo. En los años 60 y principios de los 70, activistas contra la guerra y hippies usaron los jeans azules como un gesto de solidaridad con la clase trabajadora. Al mismo tiempo, las feministas y defensoras de la igualdad de género adoptaron los jeans como un símbolo de empoderamiento. Los pantalones vaqueros se convirtieron en el emblema de la contracultura, desafiando incluso las prohibiciones de algunas escuelas y elevando aún más su estatus.

De esta manera, fue conquistando los escaparates de las casas de moda más prestigiosas, como Yves Saint Laurent, Calvin Klein, Versace, Dolce & Gabbana y Dior. Cada una reconoció el inmenso potencial de una prenda aparentemente simple y se convirtió en un lienzo en blanco para la creatividad y la innovación (ver más). Hoy, el uso de esta tela, no solo se limita a pantalones, sino que se ha infiltrado en cada rincón de nuestro vestuario. Lo vemos en camperas, gorras, botas, y en prácticamente cualquier prenda que puedas imaginarte.

El denim es un testimonio de la atemporalidad y la adaptabilidad de la moda, un recordatorio de que las prendas pueden ser mucho más que simples telas cosidas. Es un símbolo de resistencia, rebeldía y autoexpresión. El denim es un clásico que nunca pasa de temporada (ver más) y un aliado inquebrantable en nuestro viaje hacia la sostenibilidad. En un mundo en constante cambio, es el tejido que nos recuerda que la moda puede ser eterna. El tiempo dirá cuál será la próxima evolución de esta tela eterna.