Cada 17 de marzo la celebración de “San Patricio” invita a millones de personas a lo largo del mundo a salir a la calle. El “Saint Patrick’s Day” es una fiesta de origen Irlandes, que con el correr del tiempo se convirtió, para muchos, en una cita obligada que conmemora la muerte del patrón de dicho país. Si bien para sus ciudadanos es un día especial porque se trata de la unidad de la patria con un marcado sentido religioso, más allá de sus fronteras, su festejo poco tiene que ver con todo esto, donde el ítem clave es vestir con color verde y consumir cerveza. 

San Patricio es celebrado en Argentina, Estados Unidos, España, Australia, Suiza, Brasil y Japón. Es común ver que muchos de los monumentos de estos países se tiñen de verde ese día para honrar al santo irlandés. Es por ello que es habitual ver como el Coliseo de Roma, la Cibeles de Madrid, la Gran Muralla China, la Torre de Pisa o la estatua del Cristo Redentor en Río de Janeiro, se iluminan con este color. Al igual que los monumentos, las personas que asisten a este evento también deciden lucir alguna que otra prenda en tonalidades verdosas. Pero ¿por qué? Parece que detrás de esta tradición irlandesa hay una razón profundamente católica. 

Tranquilamente se podría pensar que el patrono de Irlanda se vestía completamente de verde, sin embargo, el color que lo distinguía en sus prendas era el azul claro. Al parecer nada tenía que ver con su vestimenta, pero sí con la espiritualidad, ya que Patricio utilizaba los tréboles de tres hojas para explicarle a los irlandeses el misterio de la Santísima Trinidad cuando trataba de convertirlos al cristianismo. Es por eso que el color verde personifica a esta planta y le da el significado del Padre, Hijo y Espíritu Santo como una misma unidad.   

Por otro lado, Irlanda es conocida como “La Isla Esmeralda” por sus paisajes verdes e, históricamente hablando, los católicos son identificados con este color mientras que los protestantes con el naranja; por eso la bandera de Irlanda tiene una franja de cada uno de estos colores con un lazo blanco en el medio que simboliza la paz y convivencia entre ambas creencias del norte y del sur. 

Todo tiene que ver con todo, ya que, en la simbología y psicología del color, el verde domina casi por completo la naturaleza. Representa montañas, valles y todo tipo de espacios forestales. Es considerado el color más relajante y tranquilizador, porque significa estabilidad, armonía y tranquilidad. Dato no menor es que también se lo asocia con la esperanza.  

Se estima que al vestirse de verde la persona puede asociarse al liderazgo, y al mismo tiempo a lo pacífico y conciliador. Este color aporta discreción, modernismo, lealtad y confianza, ejes que tenía muy en claro San Patricio para impartir su religión a través del trébol de tres hojas. 

Más allá de los festejos por el 17 de marzo, el verde es un color que calma y tranquiliza, es optimista y se destaca por ser símbolo de la buena suerte, en relación a todo lo anteriormente dicho. En tonalidades más oscuras es elegante, seguro y óptimo para eventos de noche. Pareciera que no hay excusas para utilizarlo en la celebración de San Patricio, pero también en la cotidianidad.