Más allá de que sus corsets son un suceso en el mundo de la moda, a Rocio se la conoce como una mujer, que con sus ideas innovadoras y con sus manos, despliega arte en todos sus diseños. Con una cabeza extraordinariamente moderna, interviene prendas antiguas y las trae a la actualidad, según el estilo de cada clienta.  Su sello característico es la sustentabilidad, la calidad y la versatilidad. En esta edición de PlushMag nos metemos en el mundo de Rocio Rivero, porque más allá sus creaciones, se animó y anima a los consumidores a salir de la zona “tendenciera” para comenzar a ser más conscientes a la hora de comprar prendas.   

¿Cómo nació Rocio Rivero como diseñadora? 

Es muy difícil esta pregunta porque siempre fue parte mía. No encuentro una línea donde diga: “a partir de este momento”. Desde chiquita jugaba con mis hermanas a ser diseñadoras. Pasábamos horas haciendo bocetos de looks completos, ¡hasta con zapatitos! Mi mamá todavía guarda aquellos dibujos. También le “robábamos” ropa a mi abuela y realizábamos desfiles. Siempre supe que me iba a dedicar a esto. Nunca tuve una duda al respecto.  

Después sí se puede hablar sobre mi inicio de cuando tomé valentía, me animé y le puse “Rocio Rivero” a mi marca. Hasta ese entonces siempre había hecho distintos emprendimientos con personas. Primero hice una marca más urbana con una compañera de facultad y después realicé un proyecto de alta costura con mi hermana más chica, Jaz. Arrancamos en 2011 y en 2018 decidimos separarnos porque ella se mudó al rubro de decoración. Fue en ese momento donde dije DALE y con mucho vértigo le puse mi nombre a los diseños. Fue la mejor decisión de todas.  

¿Cómo ves a la alta costura argentina en este momento? 

Hay dos facetas de la alta costura en Argentina. Una es la moda en sí misma, que me parece que, por lo que el público demanda, suele tener mucha copia de diseños de afuera o solemos caer siempre en las mismas cosas, a nivel diseño. Igualmente veo que de a poquito se están introduciendo cosas nuevas y el consumidor se anima a comprar prendas distintas y únicas que saben que no van a ir a una fiesta y otra persona va a tener el mismo diseño de autor.  

La otra faceta de la alta costura se da a partir de la competición que había antes en el ambiente. Sin embargo, hace unos años observo que está creciendo el compañerismo. Hay muchos diseñadores de “alta gama” como Gabriel Lage, Javier Saiach, Adrián Brown, Benito Fernández, Laurencio Adot, Fabian Zitta, todas personalidades que antes estilaban a jugar más bien solos, y hoy en día veo que comenzó a picar el bichito del compañerismo y armar una cofradía en la que todos tiramos para el mismo lado. Eso me pone muy contenta y motivada.   

¿Cuál es el sello característico de Rocio Rivero que está presente en cada diseño? 

En primer lugar las prendas están creadas a partir de una forma distinta por el tipo de materiales que usamos. En general, los diseñadores hacen un boceto y luego se van a buscar los materiales que se incluirán en ese diseño. Pero en el taller, con los materiales que tenemos, vemos qué podemos hacer y cómo ese material lo podemos intervenir, desarmar, teñir, ponerle texturas experimentales, bordar con lentejuelas hechas con plástico reciclado. Abordamos los diseños como si fuese un escultor cuando agarra un pedazo de madera que le va encontrando las vetas y lo va puliendo.  

Es por eso que al final, los diseños se ven como piezas muy trabajadas. Se le nota toda la energía del proceso que tiene, del cariño y todo el laburo manual. Prendas con texturas, muy intervenidas y con telas que ya no se ven más. La idea es desarmar las prendas antiguas para darle una nueva impronta que si yo no te digo que proviene de un vestido vintage vos no te das cuenta.  

Sabemos que para vos la sustentabilidad es un concepto clave a la hora de hacer moda, ¿cómo logras confeccionar prendas sustentables en tu atelier? 

La sustentabilidad es un concepto clave a la hora de hacer moda. Nosotros desde el taller lo que hacemos, más allá de reciclar prendas y elaborar nuestras propias texturas a través de lentejuelas fabricadas con botellas plásticas, tenemos esta filosofía de estar pendiente de todas las aristas que tiene que encarar la confección de una forma sustentable. Es saber aprovechar todo lo que sobra para diseñar, es darle importancia a cómo envías las prendas, cómo las empaquetas y cómo es tu forma de moverte dentro del taller.  

Nosotros tomamos a la sustentabilidad como una filosofía y estamos siempre pendientes de que eso se cumpla lo más cercano posible. Sabemos que es prácticamente imposible llegar a ser una marca 100% sustentable, por el simple hecho de estar en el planeta. Podes hacer un envío en una caja completamente compostable pero la persona que traslada el paquete utiliza para moverse una bicicleta que tiene las ruedas cubiertas de gomas de caucho y este contamina el medio ambiente para su fabricación. Si se sigue el camino de todos los procesos y eslabones de la cadena es muy complejo que sea del todo una marca sustentable.  

Igualmente creo que si uno tiene el tema pendiente como una filosofía, termina haciendo siempre lo mejor y duerme tranquilo sabiendo que dio todo lo que pudo.  

En relación al producto, no nos stockeamos de prendas que colgamos en el perchero y no sabemos si se van a usar o no. Hacemos prendas que son únicas, a medida o de edición limitada. De esta manera logramos que la clienta atesore y vea el valor del trabajo que hay, conozca las manos que lo hicieron, que sea una prenda que le calce impecable y hasta incluso que pase de generación en generación. Nos aseguramos de la calidad porque somos nosotros mismo quien las hacemos en el atelier y nos enfocamos en que no haya prendas muertas que no se van a aprovechar. Sí tenemos stock de prendas antiguas, que las usamos para otras colecciones. Una cosa es tener stock de materiales y otra es tener stock de prendas o productos.  

Algunos definen tu estilo como “vintage”, ¿qué pensas de eso? 

La idea de la marca no es vintage, ya que las tiendas vintage agarran las prendas y las revenden como las encuentran. Nosotros, en cambio, realizamos un proceso exhaustivo para despeinarlas y sacarle todo ese costado melancólico que traen este tipo de prendas. Por otro lado, aprovechamos los materiales para utilizarlos de una forma más moderna.  

Por otro lado, hoy en día se está empezando a comprender que el vintage no tiene un costado negativo. Si lo miras es un estilo que no pasa de moda y es a donde debería apuntar la moda masiva. Son prendas que uno no tendría que descartar temporada tras temporada, sino más bien perdurables.  

Tal vez mis prendas, a nivel diseño, tienen reminiscencias de otras épocas, no por los materiales y las prendas en sí mismas, sino también porque uso las mangas que se usaban en la década de los 80 o porque uso la corsetería que se usaba en los años 20. Utilizo distintas características de nuestro pasado pero reversionadas.  

No tiene nada de malo que piensen que mis prendas son vintage. Para mí no es lo mismo ir a un local vintage que venir a Rocio Rivero, pero hay una cosa del estilo que para mí hace que sus prendas sean tesoros.  

Tus corsets son furor en las redes sociales, ¿cuál fue tu inspiración para diseñar el ítem clave del momento? 

Sí, la verdad que fue furor. Creo que es la prenda que más hemos vendido a lo largo de nuestra historia porque además de ser una prenda única los hacemos a medida. Tomamos las medidas de la clienta, luego se prueba la prenda y vemos si hay que hacerle alguna modificación. Es un laburo re artesanal. Confeccionamos cada corset uno por uno acá en el taller. La idea es que la clienta se quede con esa prenda toda la vida, ya que está hecha para su cuerpo y para modelar el mismo. Los hacemos con dos posiciones de cerrado en la espalda, cosa que si con el paso del tiempo cambia el cuerpo, se tenga otra opción con un talle de diferencia.  

La inspiración fue más bien espiritual. Creo que la pandemia nos pegó a todos de una forma u otra y nos generó mucha introspección. Lo que yo descubro en esa introspección es que estamos siendo un poco más transparentes, entonces creo que mi interpretación de la transparencia se refleja en los corset porque a través de ellos estamos mostrando nuestra piel y la sensualidad más íntima, que muchas mujeres con cuerpos variados no se animaban a exponerlos. Eso me pone muy contenta. Al atelier llegan distintos cuerpos y se dan cuenta que se pueden poner algo que se sienten cómodas y sexys; y que no es una prenda que sólo la pueden usar mujeres de “photoshop”. Mujeres reales y sensuales que están siendo sinceras, honestan y se está animando a ser quien son.  

¿Qué le recomendas a una futura novia para el armado de su vestido? 

Primero le recomiendo que haga la tarea. Que observe qué cosas le gustan, que investigue en Pinterest y busque distintos estilos y fundamentalmente que se fije en su placard qué estilos de prendas y escotes tiene. En general está bueno vestirte con algo que te representa, que no todo el mundo diga quién es esa persona. Hay muchas novias que para ese día especial se tiran todo encima y en su vida cotidiana son naturales, entonces es un poco contradictorio. Siempre esta bueno hacer ese análisis de qué cosas habitualmente usa y qué estilo le gusta, y en base a eso encarar la búsqueda de referencias para que en el momento en que viene al atelier esa información sea clara.  

Muchas veces lo que me pasa en las entrevistas, sobre todo con las personas que no manejan el lenguaje de la moda cotidianamente, es que hay una diferencia en la comunicación. Por ejemplo, viene una novia y me dice yo quiero que esto me quede holgado. Entonces yo le pregunto qué es holgado para ella y me muestra un vestido entallado. Es por eso que son fundamentales las referencias, para alinear el lenguaje del diseñador y lo que la clienta tiene en la cabeza. De esta manera ganamos tiempo y el diseñador tiene una información clara a la hora de armar la propuesta.  

¿Cómo es el proceso de creación de una prenda desde que llega una clienta a tu atelier hasta el momento de la entrega? 

El proceso de creación arranca con una entrevista. Nos tomamos un café con la clienta y me cuenta cómo se quiere sentir ese día (elegante, sexy, canchera, descontracturada). Esta entrevista tiene bastantes preguntas y luego probamos diferentes prendas del perchero según lo que estuvimos hablando, como para ver principalmente siluetas, telas y colores. Cuando la clienta se retira elaboramos una propuesta de diseño, todo con su precio, para que sepa qué implica cada vestido, según su material. Una vez aceptado, el siguiente paso es comenzar a confeccionarlo en el atelier.  

Yo siempre me encargo de la moldería y el cortado porque es un área que me encanta. Luego las chicas lo cosen. Después armamos una propuesta de bordados, en los que se hacen muestras para que la clienta vea, a través de fotos o presencialmente, lo que estuvimos hablando. Si nos da el ok comenzamos a bordar la prenda y hacemos entre tres y cinco pruebas, dependiendo la complejidad del vestido.  

No hacemos tual, directamente trabajamos con la tela original. Principalmente porque cuando uno hace tual las telas son distintas a las que vas a terminar usando. Hay muchos errores que saltan después sólo por utilizar otra tela. Pierde mucho tiempo el modelista y también la clienta que si tenía la oportunidad de decirte en el momento que hay algo que no le gusta, con el tual no se llega a imaginar. Si se lo probas con la tela original desde el día uno podes hacer arreglos según la preferencia de la clienta sin perder tiempo.  

Cuando le entregamos el diseño a las clientas siempre les pedimos que nos manden fotos para ver como quedaron lookeadas. Igualmente también las ayudamos, las acompañamos y las asesoramos en la parte de accesorios y calzado para que el look final sea un éxito.  

¿Qué pensas sobre la comunicación de la moda en relación a la constante publicidad que hay hoy en día, sobre todo a través de las redes sociales? 

Por un lado pienso que las redes sociales han despertado el interés por la moda en muchas personas. Todas las marcas que recién arrancan con sólo tener un perfil de Instagram tienen una vidriera a la calle, que es accesible a muchas personas al mismo tiempo. Es una locura y la verdad es una ayuda enorme para cualquier emprendedor. 

Sin embargo, por otro lado, hay una parte de publicidad que muchas veces resulta invasiva. Que uno le diga a su teléfono quiero irme de viaje y de repente, de alguna forma extraña, el celular comience a mostrarme pasajes al lugar donde quiero irme de viaje. Todo se torna un poco invasivo y se van borrando los límites de la privacidad.  

Están las dos caras de la misma moneda. Para mí una es muy beneficiosa, porque te conecta con el mundo, y después la otra parte es un poco desmedida, donde debería ser un poco más fácil regularlo y adaptarlo a los deseos de cada uno. 

¿Cuál es el mensaje de Rocio en relación al consumo desmedido y el fast fashion, siendo una diseñadora que apuesta por el medio ambiente y el slow fashion? 

Estoy muy contenta que cada vez haya más personas que se interesen por las prendas de mejor calidad, que duran más y que además son versátiles, que se pueden usar con un jean o con una falda para un casamiento o con una camisa para ir a comer afuera. Pensar que esa prenda te va a durar muchísimo en tu placard y si es posible tu hija lo va a usar y también su hija, como yo hago y hacia con las prendas de mi abuela o de mi mamá.  

Estaría buenísimo que haya más consumidores que valoren las prendas de calidad y que se desdibujen los límites de las temporadas y la tendencia. De a poco todo vale, te podes poner algo que antes estaba prohibido y ahora se puede mezclar todo con todo, teniendo cada uno la soberanía sobre su look personal. Todo enriquece. Valoremos eso como consumidores, porque somos los que también marcamos la línea de lo que nos interesa comprar.