“Hoy está primero el diseño de Gerardo que Gerardo mismo”
Espontáneamente Gerardo. Así es como nos gusta llamarlo. “No sé autoeditarme, prefiero que salga natural”, dice entre risas.
En un uno a uno, Gerardo Casas, diseñador argentino, nos abrió las puertas de su negocio, nos contó sus proyectos y, al fiel estilo PlushMag, apuesta por una moda no tan rápida, donde se centre en dejar historia y a través de ella, comunicar arte para que trascienda y no sea sólo una cuestión de temporada.
¿Cómo es la relación con tu imagen y los diseños que realizas?
No estoy tan enfocado en mi imagen personal. Si bien la cuido, sobre todo en mis presentaciones públicas, trato de no convertir a la persona que es Gerardo en un personaje consumible. En lo que siempre pongo mucho acento es en el diseño, eso es lo que quiero y me interesa mostrar.
Particularmente prefiero seguir viéndome como una persona común y me gusta estar en cualquier lugar y pasar desapercibido, dentro de lo que se puede.
¿Qué pensas del vínculo entre el arte y la moda?
El arte eleva el concepto de la moda y también la hace trascendente. La moda en el sentido consumista, en relación a las temporadas que van pasando y que se renuevan cada otoño/invierno – primavera/verano, tiene una vida muy corta. Cuando el arte aparece en escena y se relaciona con la moda, el concepto de la misma comienza a elevarse y los diseños pueden ser apreciados mucho tiempo después.
El arte es lo que hace inolvidable y eterna a la moda, dejando de lado el vestir de hoy.
¿Cuál fue tu mejor diseño y en qué te inspiraste?
De todos los diseños, el que más me gustó fue “Alma Eterna” por haber sido la primer colección que presenté en Buenos Aires. Era muy artística y en el vestido de cierre me inspiré en el sentido más trascendental del alma, el reflejo del alma en el diseño y en lo retrofuturista. Lo que viene desde antes y que va más allá. Unión entre lo antiguo y el futuro, de usar telar y técnicas de costura que son milenarias. Combinación de todas las eras y de todos los tiempos, plasmados en el diseño, que reflejaron mi estado espiritual de aquel entonces.
Igualmente de todos los diseños que presenté, sobre todo para desfiles, soy bastante autocrítico y constantemente estoy pensando en lo que va a venir
¿A quién te gustaría vestir y por qué?
Siempre he soñado en vestir a Cate Blanchett por el talento, por la belleza y por saber llevar los vestidos de los grandes diseñadores y por ser una de las actrices que más me inspira.
Sin embargo, daría todo por vestir a Tilda Swinton, si bien es una actriz con mucho talento, también tiene una mirada muy fashionista con un estilo más bien alternativo e interesante. Por otro lado, tiene una androginia que es muy interesante de ver, ya que creo que es el futuro de la estética
¿Cómo suele vestirse Gerardo fuera de los medios de comunicación o de los grandes eventos?
Me suelo vestir bastante mal, muy de entre casa. Jogging, zapatillas, remeras y buzos. Uso prendas que tengo hace mucho. Generalmente cuando compro algo nuevo guardo un tiempo y luego lo uso.
No soy muy amante de la ropa nueva. Por ejemplo, en el caso de las zapatillas, me gustan las que ya tienen mi pisada y en la ropa lo mismo, me encantan aquellas que ya están amoldadas a mí.
No me gustan las prendas que están impecables y recién compradas. Que loco porque justo estoy relacionando esto con la colección de Balenciaga y las zapatillas desgastadas, rotas y sucias (risas).
La pandemia, sin duda, ha dado que hablar en el mundo de la moda ¿Qué enseñanza te dejó esa situación?
Primero me dejó cierta satisfacción en relación a la capacidad de adaptación. Igualmente en ese momento estaba trabajando en televisión, cosa que para los diseñadores tener un trabajo fuera del diseño es muy importante.
He diseñado cubre bocas, lancé una línea de bolsos de brocato y cuero que me parecieron copadísimos. No sólo los diseñé sino que también pensé en cómo realizarlos. También tuve la posibilidad de confeccionar vestuarios para espectáculos teatrales.
En cuanto a lo personal, me gustó haber podido adaptarme a estas diferentes situaciones, sin dejar de hacer lo que realmente me gusta.
Más allá de la moda… ¿Cuál es tu cable a tierra?
No soy una persona que consume moda habitualmente. No vivo pendiente de los desfiles y de todas las tendencias. Estoy siempre abocado a mí mismo, porque como tengo que crear, es necesario tener este tipo de enfoque. En el tiempo libre produzco ideas para el futuro.
Lo que más me apasiona es el arte, la pintura, el cine, la música… Soy fanático de Mozart, lo tengo tatuado en todo el cuerpo. La música y viajar, son mis grandes cables a tierra, me hacen bajar y me ponen muy tranquilo.
¿Cómo definirías tu presente en el mundo del diseño?
Mi presente en el mundo del diseño es más bien introspectivo y menos expuesto. Si bien siempre realizo diseños para personalidades conocidas o para espectáculos, hoy en día prima ese regreso a mí mismo.
En este sentido, las personas que trabajamos en televisión, el ego o la vanidad tienden a hacerte creer que tenes que estar todo el tiempo muy expuesto, en una especie de vidriera y que a todos le tiene que interesar lo que uno hace, y en realidad estoy en una etapa muy enfocado en el diseño, pensando en mí y en las clientas, que gracias a dios tengo muchas. Pero más allá del negocio, también estoy muy abocado a mi capacidad creativa. Hoy está primero el diseño de Gerardo que Gerardo mismo.
¿Qué proyectos te depara este año?
Además de seguir cumpliendo con las clientas, estoy muy detrás de mí nueva colección que seguro presentaré cerca de septiembre. Está ligada en una renovación mía. Quiero representar un quiebre en relación a colecciones pasadas. Tengo ganas de reversionar la estética, sin perder la esencia de lo que yo soy. Quiero un cambio y que sea una sorpresa.
Si tendrías que definir en pocas palabras a la moda, ¿cómo lo harías?
Defino a la moda de dos maneras. En primer lugar lo que yo llamo la moda “efímera”, la que se presenta esta temporada y se acabó la siguiente. En segundo lugar aquella que vamos a recordar.
La moda es comunicación, y en este punto es donde a mí me interesa y me moviliza, porque cuando eso sucede se relaciona con el arte y es trascendente.