Con suspiros de Flappers

La década del 20’, sin duda, fue característica gracias a las famosas Flappers, mujeres que salieron de lo convencional para instalarse en la sociedad y desafiar los cánones de belleza y “mujer ideal”, luego de los años opresores del corset y la falda trabada. 

Liberalismo social, a causa del fin de la Primer Guerra Mundial, ansias de libertad e inconformismo, fueron los pilares fundamentales para conocer a estas mujeres que hoy en día siguen siendo tendencia y su estilo no deja de ser inspiración para muchas.  

La “desobediencia” de estas mujeres jóvenes, fue un antes y un después en la historia de la moda. Gracias a su vestimenta y a las nuevas formas de llevar puestas las prendas, cambiaron pensamientos y formas de ver la industria. Sin embargo, nada quedó archivado en los locos años veinte. Pasaron 102 años de ese entonces y las mujeres siguen desafiando el ideal de belleza para romper con lo establecido.  

Mujeres activas, libres e independientes que apuestan a un armario con diversas prendas para enriquecer y mostrarle al mundo sus gustos y su forma de pararse frente a él. A lo Coco Chanel, estilismos cómodos para la mujer trabajadora, pantalones bien puestos y vestimenta para todos los gustos. Dejar atrás las clases sociales y solo centrarse en la mujer como un colectivo único, que pretende arroparse con lo que quiere, con lo que se siente segura y con lo que realmente le gusta llevar puesto.  

La creación fue sin duda el simbolismo característico en el grupo de las flappers. Combinaron creatividad con autodeterminación e independencia para concebir una identidad marcada por sus valores y exponer a la sociedad el cambio cultural que se avecinaba.  

Al igual que las flappers, las mujeres 2022 entienden quiénes son y se proponen elegir cada día qué quieren ser. El vestirse para no estar desnuda no es una opción. Disfrutar de las prendas, el estilo propio y el cuerpo son condiciones básicas para recordar a las flappers. Desconfigurarse para encontrarse con el sentido de autopertenencia, sin prejuicios.

Aunque muchos crean que el tiempo cristaliza determinadas situaciones o acontecimientos, la esencia del poder femenino rompe cualquier esquema. 

Hacerse presente y ser “chica de tapa” no tiene que ver con saltar a la popularidad. Es entender cuál fue el proceso inicial que llevó a que esto que ocurre hoy suceda. Es mirar atrás y brindar por los logros adquiridos a través de la historia. Es contemplar la evolución a través de la moda. Mirarse con amor, querer el propio cuerpo, respetar al otro. Valolarse y ser uno mismo…

Que los suspiros de las flappers sigan resonando para transformaciones aún mayores. Por ellas, por las generaciones actuales y las futuras.   

Cada día estamos más cerca de comprender, dentro del entorno social, que el ideal es inalcanzable y frustrante.  

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