La Estética es una parte de la filosofía, que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la belleza. Platón consideraba que la belleza verdadera reside en el alma, sin embargo Hobbes señaló que un estándar de belleza, está condicionado  por factores subjetivos, como son la cultura, edad y temperamento del individuo, mientras que David Hume estaba seguro que la belleza solo se encuentra en la mente del ser. En este concepto se pueden encontrar varios significados, según la persona que hable de ella. Ahora bien ¿por qué se intenta tapar la belleza propia con filtros que distorsionan la realidad? 

En las redes sociales, las formas de comunicar fueron evolucionando con el paso del tiempo, como así también los patrones y los modelos relacionados a los estereotipos de belleza, su aceptación por parte de los adolescentes y su interacción directa en la sociedad, siendo un factor predominante e importante en el ámbito de la socialización. Es por ello que, psicólogos y sociólogos especializados en este terreno, afirman que los estereotipos de belleza están fuertemente ligados a la aceptación por parte de grupos sociales con un valor palpable que muchos desean seguir y pertenecer. Facilitan la identidad social, la conciencia de pertenecer a un grupo determinado, ya que al identificarse con los estereotipos dominantes, será el primer paso para comenzar a integrarse a él. 

Más allá de la participación que las personas puedan tener en las redes sociales, las mismas son grandes escenarios que funcionan como un sistema que estimula constantemente el cerebro con contenido entretenido y llamativo, donde su objetivo principal es pasar la mayor parte del tiempo conectado allí. La frecuente exposición a la red, a los estándares de belleza y las tendencias imperantes, pueden generar que la persona se identifique con lo que observa, o bien que esto se convierta en una necesidad y es ahí donde se genera el problema. Cuando existe una incapacidad para cumplir dichos estándares se presentan sentimientos negativos relacionados con la frustración o una sobre exigencia para cumplir con los estándares vistos. 

La cultura de las selfies o aquellos filtros que distorsionan por completo la realidad, son parte de las redes sociales, a causa de querer mostrarse como personalidades donde se admira una supuesta belleza. Estos filtros están hechos con inteligencia artificial capaz de identificar rasgos faciales y cambiarlos en tiempo real, según las reglas estéticas de sus propios creadores. La obsesión por consumir este fenómeno adultera la objetividad propia para con los demás, aparta la belleza natural que cada uno trae y de alguna manera convierte a todos bajo una misma estética. La individualidad, la honestidad por el propio cuerpo y el encanto que cada uno trae es mucho más valioso que taparse atrás de un filtro perfecto.