Folk Style: el estilo que juega con lo autóctono y se apodera de la nueva modernidad

El folk style se ha convertido en uno de los estilos más protagonistas en el último tiempo. Si bien sus orígenes parten de aquel estilo hippie de los años ’60, hoy en día se pone en práctica desde una mirada más chic, conservando sus líneas con formas despreocupadas y libres. El punto central en el que se inspira está situado en las tradiciones y costumbres de diferentes culturas, y se caracteriza por el uso de piezas autóctonas, estampados, texturas llamativas y colores cálidos asociados a la tierra.

Pero, ¿por qué el folk style pisa tan fuerte por estos tiempos? Partiendo de la base de que el estilo de una persona proyecta su identidad a través de las prendas de vestir y accesorios, según el contexto que la rodea, la respuesta podría llegar a ser clara. Luego de la pandemia a causa del COVID-19, la mayoría de los hábitos, conductas, formas de trabajo y estudio, mutaron y se reinventaron, no sólo para pasar ese trago amargo, sino que luego siguieron perdurando como rutinas. La moda no estuvo exenta a esas transformaciones. Claro está que la proyección que se hace a través de la indumentaria es lo que se desarrolla en la sociedad en ese momento determinado, es por eso que el folk style volvió a recobrar vida, en un contexto en donde imperan las ganas de forjar raíces, pero al mismo tiempo ansias de comodidad, despojo y despreocupación.

Es así como, el folk style se ha convertido en una forma de expresión de la libertad y la diversidad cultural. Al abrazar las tradiciones y costumbres de diferentes culturas, este estilo recuerda la riqueza y la pluralidad del mundo, que invita a celebrarlo y a disfrutarlo a través de la moda.

En los últimos desfiles de las semanas internacionales de la moda, como también en las pasarelas argentinas, se ha visto cómo los diseñadores han incorporado el folk style en sus colecciones para la temporada otoño/invierno de 2023. Grandes firmas de lujo y diseñadores de renombre, mezclaron diferentes elementos, como prendas y accesorios sumamente disruptivos con piezas autóctonas de distintas culturas. De esta manera lograron crear combinaciones únicas y muy creativas, manteniendo el foco en lo diverso.

Una de las claves del éxito del folk style es su capacidad para crear looks muy distintivos y llenos de personalidad. Los que se sienten atraídos por él disfrutan al jugar con diferentes piezas superpuestas combinándolas entre sí para crear total looks sumamente originales. Junto a esto, para terminar de enaltecerlo, los accesorios son piezas claves en este estilo. Los anillos, collares, pulseras, botas texanas, sombreros y maxi bolsos, tienen y deben ser llamativos en diferentes gamas de colores que verdaderamente llaman la atención. Las borlas y el cuero también suelen ser excelentes opciones que están generalmente están presentes y le dan ese toque de gracia.

Aquellas formulas que nunca fallan en este estilo:

Flecos que se ven como protagonistas en vestidos y faldas o como acentos en accesorios.

El crochet también es un elemento distintivo en el folk style. Desde su versión más romántica hasta su versión más literal y hippie, este tejido recuerda a los años ’60 y principios del ’70 en importantes colecciones como la de Michael Kors y Oscar de la Renta.

Los pantalones acampanados son otra pieza clave, como aquellos de décadas pasadas que hablan por sí solos de paz y amor, de festivales de música y de un mundo mejor.

Los retazos configuran aquellas prendas hechas a partir de pequeños y distintos pedazos de telas. El resultado es una suerte de estampado ecléctico sobre siluetas clásicas.

En resumen, el estilo folk invita a adoptar un enfoque optimista y renovado en la concepción de vida, hábitos y rutinas. A través de sus colores, formas y texturas, recuerda la importancia de mantener una actitud positiva y esperanzada, especialmente en tiempos de cambio y transformación.

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