Chanel reinventa el crochet: la tendencia más delicada del verano 2025
El verano 2025 marca el regreso definitivo del crochet, ese tejido artesanal que evoca romanticismo, delicadeza y nostalgia, pero que Chanel se encargó de elevar a un nuevo nivel. Lejos de limitarse al estilo boho tradicional, la famosa marca francesa lo transforma en una propuesta refinada, elegante y completamente actual. Con una estética que fusiona el savoir-faire clásico con líneas contemporáneas, Chanel presentó en su pasarela primavera-verano una serie de faldas midi, camisas de manga corta y vestidos vaporosos confeccionados enteramente en crochet, apostando por este textil como el protagonista indiscutido de la temporada. La reinterpretación es clara: se mantiene el alma artesanal, pero se pule el diseño hasta convertir cada prenda en una pieza digna de pasarela y lista para el armario de las más fashionistas.

Las prendas de crochet de Chanel apuestan por una feminidad sutil, casi etérea. Los tonos elegidos —blancos, cremas, rosa empolvado y lavanda— suman un halo de pureza visual que contrasta con la complejidad técnica del tejido. Las siluetas, por su parte, son suaves y flotantes, marcando el cuerpo sin ajustarlo, y permitiendo el movimiento con gracia. En lugar de recargar el crochet con flecos o elementos folclóricos, la firma opta por una limpieza formal que acentúa la textura del material, dando protagonismo absoluto a los patrones tejidos. El resultado es una elegancia serena, perfecta tanto para los días de calor como para eventos sofisticados de verano.
Esta tendencia también responde a una necesidad creciente dentro del universo de la moda: la búsqueda de materiales nobles, procesos cuidados y prendas que trasciendan la temporalidad. El crochet, al ser un tejido realizado a mano o con técnicas que implican tiempo y destreza, se alinea con la filosofía del slow fashion. Chanel no solo lo incorpora como estética, sino como manifestación de una nueva forma de entender el lujo: una que valora lo hecho con dedicación, la artesanía y el legado cultural detrás de cada punto. En este contexto, el crochet se convierte en símbolo de sofisticación no ostentosa, en contraposición a la exuberancia decorativa de otras temporadas pasadas.
Cómo Chanel lo transforma en tendencia global
Como es habitual, basta con que Chanel dicte una tendencia para que el resto del ecosistema de la moda empiece a replicarla. Ya se empiezan a ver editoriales, influencers y marcas de moda asequible inspirándose en esta propuesta. Lo interesante es cómo se mantiene la esencia romántica del crochet, pero se adapta a distintos estilos: desde el más clásico al minimalista, pasando incluso por lo urbano. Lo que antes podía asociarse solo a vacaciones o a contextos relajados, hoy se introduce en looks de ciudad y hasta en estilismos laborales, gracias a cortes más depurados y combinaciones inteligentes.

Este verano, el crochet deja de ser simplemente una opción entre muchas para transformarse en el tejido insignia. Las pasarelas lo validaron, las revistas lo amplifican y las redes sociales ya lo muestran en todo tipo de estilismos, desde el look de playa hasta el outfit de noche. Chanel, con su capacidad de anticipar y consolidar microtendencias, logra que este tejido cargado de tradición se perciba como la máxima expresión del lujo contemporáneo. Así, el crochet no solo conquista por su belleza visual, sino también por la narrativa que lo envuelve: una historia de romanticismo, tiempo y diseño que define como pocas la estética de este verano.