A 30 años de ‘Unzipped’: el film que cambió la forma de ver la moda desde adentro
En 1995 se estrenaba Unzipped, el documental dirigido por Douglas Keeve que seguía al diseñador Isaac Mizrahi en el proceso de creación de su colección otoño-invierno 1994. Lo que parecía una simple mirada al backstage se convirtió en una de las piezas cinematográficas más influyentes sobre la industria de la moda. Treinta años después, Unzipped sigue siendo una referencia clave para quienes quieren entender cómo se construye una colección de moda, pero también cómo se expresa la personalidad creativa dentro de una industria llena de presión, arte y espectáculo.
A diferencia de muchos documentales más recientes, Unzipped no intenta maquillar la tensión del proceso creativo. Al contrario: abraza los momentos de duda, los cambios de rumbo, las frustraciones y la euforia que vive el diseñador en cada etapa del proceso. Isaac Mizrahi se convierte en un personaje fascinante, capaz de reírse de sí mismo mientras demuestra una obsesión detallada por los tejidos, las siluetas y el concepto de cada prenda. Su carisma y sensibilidad construyen el tono del film, y nos permiten acceder a un mundo que en los 90 todavía se percibía como misterioso, glamoroso y casi impenetrable.
Una estética que inspiró generaciones
Visualmente, Unzipped fue un paso más allá. Keeve, quien entonces era pareja de Mizrahi, logró una narrativa visual que combinaba escenas en blanco y negro, primeros planos estéticos, guiños al cine clásico y una edición ágil que mantenía la atención en cada movimiento de la cámara. En un momento en el que el reality fashion todavía no existía y las redes sociales estaban lejos de nacer, Unzipped ofreció una visión inédita del funcionamiento real de la moda. Las supermodelos más famosas del momento —Naomi Campbell, Cindy Crawford, Linda Evangelista, Kate Moss y Carla Bruni— desfilaban frente a las cámaras sin filtros, reforzando la autenticidad del relato.

La importancia de Unzipped trasciende la moda. Su impacto cultural reside en haber mostrado por primera vez a la moda como una forma de expresión artística profundamente humana, con todas las contradicciones que eso implica. El film ayudó a consolidar la figura del diseñador como autor y no solo como productor de ropa. También planteó una discusión sobre la presión creativa y la vulnerabilidad en un entorno competitivo. La moda dejaba de ser solo frivolidad y comenzaba a ser reconocida como un universo de creación con valor documental.
En un presente donde los documentales de moda abundan y donde el detrás de escena se comparte minuto a minuto en redes sociales, el aniversario número treinta de Unzipped nos recuerda la potencia de capturar un instante desde la sinceridad y el riesgo creativo. El film no intentó construir una narrativa idealizada, sino que reveló la belleza del caos y la intuición que definen a la moda auténtica. Hoy, nuevos diseñadores y creadores audiovisuales citan a Unzipped como inspiración estética y narrativa. Su influencia sigue viva no solo en quienes estudian moda, sino también en quienes entienden el audiovisual como un espacio para contar historias reales y apasionadas.