Pelo dañado: cómo saber si es caída o rotura y cómo actuar según cada caso
Cuando notamos el pelo dañado, lo primero que debemos hacer es distinguir si se trata de una caída o de una rotura. Aunque ambos problemas pueden parecer similares a simple vista, la diferencia radica en el tipo de cabello que perdemos. En el caso de la caída, el pelo se desprende desde la raíz, lo que puede evidenciarse al observar pequeños bulbos blancos en el extremo. Por el contrario, la rotura se da a lo largo de la fibra capilar, sobre todo en medios y puntas, provocando que el cabello se vea desigual, fino y sin vida. Reconocer correctamente qué está ocurriendo con nuestra melena es clave para aplicar el tratamiento adecuado y evitar un daño mayor.
Pelo dañado: causas detrás de la caída capilar
La caída del cabello puede tener múltiples causas, desde desequilibrios hormonales, cambios de estación, estrés crónico, deficiencias nutricionales o incluso factores genéticos. En mujeres, es común observar una caída aumentada durante el postparto o en etapas de cambios hormonales como la menopausia. Además, el estrés emocional o físico prolongado puede desencadenar una pérdida de pelo difusa, conocida como efluvio telógeno. También influyen hábitos como una alimentación pobre en hierro, zinc y vitaminas del complejo B, esenciales para la salud del cuero cabelludo. Identificar el origen es fundamental para diseñar una estrategia de cuidado que no solo se enfoque en lo estético, sino también en la salud general.

Pelo dañado: qué provoca la rotura del cabello
La rotura del cabello suele ser resultado de un daño mecánico o químico acumulado. El uso frecuente de herramientas de calor como planchas, rizadores o secadores sin protección térmica puede debilitar la fibra capilar, haciéndola quebradiza. También influyen las coloraciones agresivas, tratamientos alisadores y peinados muy tirantes que generan tracción continua sobre el pelo. Otro factor clave es la falta de hidratación: un cabello seco y poroso es mucho más propenso a partirse. A diferencia de la caída, en la rotura el cabello no se desprende desde la raíz, sino que se fragmenta en distintas zonas, generando frizz, puntas abiertas y una textura áspera.
Tratamientos recomendados para cada caso
Si el problema es la caída del cabello, el abordaje debe incluir un análisis integral que contemple la salud interna. Consultar con un dermatólogo o tricólogo puede ayudarte a identificar deficiencias nutricionales o desequilibrios hormonales. Incorporar suplementos, mejorar la alimentación y reducir el estrés son medidas efectivas. También existen lociones y sérums específicos que fortalecen el folículo piloso y estimulan el crecimiento. Por otro lado, si el inconveniente es la rotura, lo más importante será restaurar la hidratación y la elasticidad del cabello. Usar mascarillas nutritivas, aceites reparadores y evitar el calor excesivo ayudará a recuperar la estructura de la fibra. Además, recortar las puntas dañadas cada cierto tiempo previene que el daño se propague.

Cómo prevenir futuros daños en el cabello
Tanto si sufrís de caída como de rotura, la prevención es clave para mantener una melena saludable. Incorporar una rutina de cuidado capilar personalizada, con productos que respondan a tus necesidades reales, es el primer paso. Evitá los peinados tirantes, el cepillado brusco y el uso excesivo de calor. Protegé tu pelo del sol, el cloro y otros factores externos que puedan deteriorarlo. Además, priorizá una alimentación variada y rica en nutrientes que fortalezcan el crecimiento desde adentro. Escuchar a tu cuerpo, prestar atención a los cambios en tu cabello y actuar a tiempo puede marcar una gran diferencia. La salud capilar empieza con el conocimiento: saber si es caída o rotura es el primer paso para tomar el control y lucir un pelo fuerte y brillante en cualquier estación del año.