Roxana Zarecki, emblemática top model de los 90, ha demostrado que su vida es mucho más que una serie de flashes. Con una carrera que abarca desde el derecho y el periodismo hasta el diseño de joyas, ha sabido reinventarse en cada etapa. Hoy, Roxana nos comparte cómo ha combinado su pasión por la joyería con su rol de madre y su evolución personal.

De las pasarelas a nuevas aventuras

Durante los años 90, Roxana Zarecki fue un rostro omnipresente en las pasarelas de Buenos Aires, desfilando para diseñadores icónicos como Gino Bogani y Elsa Serrano. Descubierta por Pancho Dotto, Roxana no sólo dominó las pasarelas en Argentina, sino también en escenarios internacionales, protagonizando campañas y portadas de revistas. Pero su historia tiene mucho más que ofrecer que solo luces y cámaras.

“Empecé muy joven. Participé en un concurso de Miss Punta del Este sin decírselo a mis padres, y así fue como Pancho Dotto me descubrió. Desde ahí, mi carrera despegó”, recuerda Roxana. A pesar de su creciente fama, nunca abandonó sus estudios. “Mis padres no me permitían viajar si no terminaba Derecho. Así que seguí estudiando mientras desfilaba.”

El gran cambio

Aunque disfrutaba del éxito en el modelaje y el periodismo, Roxana tomó un giro inesperado cuando su pareja, Sebastián Bagó, le propuso matrimonio. “Estaba en el auge, trabajando en el noticiero de América y en Glam para Fashion TV. Decidir cambiar de rumbo fue difícil, pero sentí que era el momento de formar una familia y seguir una nueva pasión”, explica.

Con el nacimiento de sus hijas, Delfina y Sofía, Roxana descubrió la joyería como una nueva vocación. “Siempre quise seguir activa, y la joyería me permitió crecer como persona y madre”, confiesa. Lo que comenzó como un hobby en su hogar, hoy es RZStudio, una marca destacada por sus colecciones exclusivas y colaboraciones en el mundo de la moda.

Nuestros Elegidos con Roxana Zarecki

En una conversación con PlushMag para la sección Nuestros Elegidos, Roxana compartió algunos detalles sobre su vida personal y profesional:

¿Cómo fue que decidiste dejar todo cuando estabas en una etapa exitosa de tu carrera?

“Fue complicado, pero sabía que Sebastián era el amor de mi vida. Tenía claro que, aunque me dedicara a ser madre, no iba a quedarme sin hacer nada más. La joyería me permitió tener un balance entre mi rol de mamá y mi desarrollo personal.”

¿Cómo empezaste en el mundo de la joyería?

“Todo comenzó cuando le encargué un regalo a Sebastián que nunca llegó a tiempo. Ese evento despertó mi curiosidad por el proceso de creación de joyas, y a partir de ahí, hice todos los cursos que pude. Las conexiones que había hecho en la moda me abrieron las puertas para colaborar con grandes marcas.”

¿Cuáles son tus colaboraciones más recientes?

Soy muy fanática del trabajo colaborativo. Tengo RZAmo que está inspirada en las culturas nuestras y se vende en el Malba con la diseñadora Agustina Moreno Campos. Ilfilo lo hacemos con la ex modelo y hoy influencer Florencia Florio que es una chispa de ideas, y con la periodista Carla Rodríguez, una línea de tiaras, Queen Carla by RZ. Más mis clientas de siempre que me piden accesorios en diferentes metales. Ahora instalé mi taller en el parque de mi casa en zona norte y tengo que cuidar mis tiempos porque como soy una atropellada, una vez que entró al taller es muy difícil sacarme de ahí. De todas formas salgo para llevar y traer a las chicas, y otros trámites, tipo remisera (risas).

¿Qué temores sientes como mamá?

“Todos los días siento temor, nunca sé si voy bien, nunca estoy plenamente convencida que hago las cosas bien como madre. Me gusta estar con ellas, debe ser porque soy una mamá grande y las disfruto plenamente. Hasta que el obstetra me dijo que era una “embarazada añosa” nunca lo habia pensado…No importa pese a eso, para ellas soy la más linda, me hacen sentir muy bien y me levantan la autoestima. Se que soy una madre muy exigente, trato de calmarme para no transmitirle mis ansiedades.”

Un futuro lleno de proyectos

Hoy, Roxana Zarecki sigue ampliando su marca de joyas mientras mantiene un equilibrio entre su vida personal y profesional. Con la misma pasión que la llevó al estrellato en las pasarelas, se ha consolidado como una empresaria respetada y una madre comprometida.

“Quiero transmitir todo lo que aprendí sobre esta pasión que tengo, pero lo que descubrí en la calle, recorriendo talleres, equivocándome una y otra vez. Mi idea es enseñarlo a otros apasionados como yo”.