Preppy style: el regreso de la moda clásica con un giro moderno
En el mundo de la moda, hay estilos que marcan época y otros que evolucionan hasta convertirse en verdaderos clásicos contemporáneos. Ese es el caso del preppy style, una estética que surgió en los campus universitarios de élite estadounidenses y que, temporada tras temporada, vuelve renovada. En 2025, el estilo preppy regresa con fuerza, pero lo hace con un giro moderno que lo hace más versátil, inclusivo y personal. Ya no se trata solo de lucir como un alumno de Harvard o Yale, sino de reinterpretar los códigos clásicos con una mirada actual. Este nuevo preppy mantiene su elegancia característica, pero suma frescura, irreverencia y detalles inesperados.
Origen colegial y evolución fashionista
El estilo preppy nació en las décadas del 50 y 60, cuando los estudiantes de las universidades Ivy League comenzaron a desarrollar un dress code particular. Camisas oxford, suéteres sobre los hombros, mocasines lustrados y faldas de tablas definían un look pulido, limpio y “bien portado”. Esta estética fue adoptada rápidamente por marcas como Ralph Lauren, Tommy Hilfiger o Lacoste, que hicieron del preppy un símbolo de estatus y buen gusto. Sin embargo, con el paso del tiempo, la moda fue alejándose de la rigidez original para incorporar nuevas influencias, texturas y colores. Hoy, el preppy es más relajado, ecléctico y democrático, y eso es parte de su encanto.
Claves del preppy moderno
El nuevo preppy mantiene algunos pilares de su ADN —como los blazers, las camisas y los pantalones de pinzas—, pero los reinterpreta con cortes más relajados y combinaciones que antes hubieran sido impensadas. Las minifaldas plisadas siguen presentes, pero ahora se usan con zapatillas urbanas o botas chunky. Los suéteres de rombos se mezclan con jeans oversize, y los blazers cruzados se usan sobre crop tops o vestidos lenceros. Este giro moderno también incluye una mayor diversidad de géneros, talles y estilos, lo que permite que más personas se apropien del look sin tener que responder a estereotipos cerrados.
El preppy como expresión de individualidad
Uno de los aspectos más interesantes del renacer del preppy es su capacidad para fusionarse con otras estéticas. Hoy es común ver looks que mezclan lo preppy con lo sporty, lo grunge o incluso lo glam. Esta versatilidad permite que cada persona moldee el estilo según su identidad y contexto. Por eso, más que una tendencia, el preppy se convierte en una plataforma sobre la cual construir diferentes versiones del buen vestir. Lo importante ya no es seguir al pie de la letra un manual de estilo, sino apropiarse de ciertos elementos icónicos —como los cuellos rígidos, las rayas, los cuadros o los colores pasteles— y darles una nueva vida a través del styling.
Preppy style: Influencia en redes sociales y pasarelas
El preppy también encontró un nuevo impulso en redes sociales, donde influencers, celebridades y creadores de contenido han sabido resignificarlo. Series como Gossip Girl, Elite o incluso Wednesday reactivaron el interés por los uniformes escolares y sus derivaciones estilizadas. En TikTok, el hashtag #preppyaesthetic suma millones de visualizaciones con propuestas que van desde el look clásico hasta el más disruptivo. Por su parte, las pasarelas de Miu Miu, Thom Browne y Prada también han incorporado el preppy en sus colecciones más recientes, apostando por reinterpretaciones irónicas, exageradas o minimalistas que confirman que esta estética sigue inspirando.
Preppy style: clásico, sí, pero con una vuelta de tuerca
El estilo preppy está de regreso, pero lejos de quedarse anclado en el pasado, vuelve con una impronta renovada. Se trata de una moda que respeta su origen clásico, pero que se anima a dialogar con las tendencias actuales. Su atractivo reside en la mezcla entre lo pulido y lo relajado, lo académico y lo urbano, lo predecible y lo creativo. En un mundo donde la autenticidad es cada vez más valorada, el preppy demuestra que incluso los estilos más tradicionales pueden reinventarse sin perder su esencia. Y en esa dualidad radica su fuerza como tendencia vigente.
